Nació en 1928 en
Rosario, Argentina, en una familia acomodada, en donde estudió medicina. Su
militancia izquierdista le llevó a participar en la oposición contra Perón;
desde 1953 viajó por Perú, Ecuador, Venezuela y Guatemala, descubriendo la
miseria dominante entre las masas de Hispanoamérica y la omnipresencia del
imperialismo norteamericano en la región, y participando en múltiples
movimientos contestatarios, experiencias que le inclinaron definitivamente a la
ideología marxista.
En 1955, conoció en
México a Fidel Castro, que preparaban una expedición revolucionaria a Cuba, se
unió al grupo como médico, instalada la guerrilla en Sierra Maestra se
convirtió en lugarteniente de Castro y mandó una de las dos columnas para
conquistar la isla. Participó en la decisiva batalla por la toma de Santa Clara
(1958) y finalmente entró en La Habana en 1959, poniendo fin a la dictadura de
Fulgencio Batista.
El triunfo de la
revolución, se vio facilitado por la insostenible situación del país en aquellos
años, la riqueza se concentraba en pocas manos; la corrupción, los mecanismos
clientelares y la inoperancia se habían acentuado hasta límites insospechados
bajo el régimen despótico y autoritario de Fulgencio Batista
El nuevo régimen
revolucionario concedió a Guevara la nacionalidad cubana y le nombró jefe de la
Milicia y director del Instituto de Reforma Agraria (1959), luego presidente
del Banco Nacional y ministro de Economía (1960), y, finalmente, ministro de
Industria (1961). En aquellos años, Guevara representó a Cuba en varios foros
internacionales, en los que denunció frontalmente el imperialismo
norteamericano. En la tarea de la construcción en Cuba de una nueva sociedad, y
especialmente en el campo de la economía, el Che Guevara fue uno de los más
incansables colaboradores de Fidel Castro. En la polémica económica que tuvo
lugar en los inicios del nuevo régimen se decantó por una interpretación
original, creativa y no burocrática ni institucionalizada de los principios
marxistas. Buscando un camino para la independencia real de Cuba, se esforzó
por la industrialización del país, ligándolo a la ayuda de la Unión Soviética,
una vez fracasado el intento de invasión de la isla por Estados Unidos y
clarificado el carácter socialista de la revolución cubana (1961). Su inquietud de revolucionario profesional,
sin embargo, le hizo abandonar Cuba en secreto en 1965 y marchar al Congo,
donde luchó en apoyo del movimiento revolucionario en marcha, convencido de que
sólo la acción insurreccional armada era eficaz contra el imperialismo.
Relevado ya de sus
cargos en el Estado cubano, el Che Guevara volvió a Iberoamérica en 1966 para
lanzar una revolución que esperaba que fuese de ámbito continental: valorando
la posición estratégica de Bolivia, eligió aquel país como centro de
operaciones para instalar una guerrilla que pudiera irradiar su influencia
hacia Argentina, Chile, Perú, Brasil y Paraguay. Al frente de un pequeño grupo
intentó poner en práctica su teoría, según la cual no era necesario esperar a
que las condiciones sociales produjeran una insurrección popular, sino que
podía ser la propia acción armada la que creara las condiciones para que se
desencadenara un movimiento revolucionario; tales ideas quedaron recogidas en
su libro La guerra de guerrillas (1960).
Sin embargo, su
acción no prendió en las masas bolivianas. Desde un principio su grupo,
bautizado como Ejército de Liberación Nacional y compuesto por veteranos
cubanos de Sierra Maestra y algunos comunistas bolivianos, se encontró con la
falta de apoyo de los campesinos, ajenos por completo al movimiento. Sin ningún
respaldo popular en el mundo rural, y sin apoyo en las grandes ciudades por el
rechazo de las organizaciones políticas comunistas, las posibilidades de éxito
menguaron drásticamente, fue delatado por campesinos locales y cayó en una
emboscada del ejército boliviano en la región de Valle Grande, donde fue herido
y apresado el 8 de octubre de 1967. Dado que el Che se había convertido ya en
un símbolo para los jóvenes de todo el mundo, los militares bolivianos,
aconsejados por la CIA, quisieron destruir el mito revolucionario, asesinándole
para después exponer su cadáver, fotografiarse con él y enterrarlo en secreto.
En 1997 los restos del Che Guevara fueron localizados, exhumados y trasladados
a Cuba. Si bien escribió muchísimo, la
mayor parte de su obra sigue inédita
Revolucionario
iberoamericano, uno de los principales
artífices del triunfo de la revolución cubana (1959). Desempeñó cargos de gran
relevancia en el nuevo régimen, pero, insatisfecho, en 1966 retomó su actividad
guerrillera en Bolivia, donde sería capturado y ejecutado un año después.
Entrega su vida en la
lucha contra el imperialismo y la dictadura, símbolo atemporal de libertad y
justicia,
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